el gato con botas
Había una vez un viejo molinero que tenía tres hijos. Él
estaba muy enfermo y presentía que la hora de su muerte estaba cerca. Decidió
reunir a sus tres hijos y repartir sus pertenencias entre ellos. “mirad, quiero
repartiros lo poco que tengo antes de morirme”, les dijo. Al mayor le dejo el
molino, al mediano le dejo al burro y al más pequeño le dejo un gato. Al poco
rato el padre murió.
Pasados los días los dos hermanos mayores decidieron
trabajar juntos en el molino y utilizar
el burro para cargar los bultos. Mientras tanto el último hermano no tenía como
ayudar, así es que decido irse lejos con su gato, cogió unas botas de su padre y
se la puso pues sabía que el camino iba a ser largo. El hombre estaba muy
molesto renegaba por su mala suerte. “porqué me tuvo que tocar este animal
inservible, con el no puedo hacer nada, encima que no tengo ni para comer y
tengo que compartir con él lo poco que consiga”, se lamentaba.
Dos largos días caminaron, el hombre le pegaba al gato, no
le daba de comer y siempre renegaba, pues le decía que por su culpa sus
hermanos lo habían botado. Pronto llegaron a un árbol, los dos se sentaron a
descansar. El gato tenía hambre y el hombre solo tenía un pedazo de pan
duro.
Amo por favor deme un pedazo de ese pan, tengo hambre- le
dijo.
Esto es para mí y no puedo dártelo, ve y busca tu propia tu
comida, total eres un animal y puedes sobrevivir- contestó el amo.
El gato sintió mucha furia a su amo y estaba harto de todas
las palabras que éste diariamente le decía. El hombre se quedó dormido y el
gato aprovecho para crear una trampa y hacer caer algún animal en ella, para
así poder alimentarse. El gato le quitó las botas a su amo y cogió una bolsa,
la lleno de hierbas y la dejó abierta. En ese momento se acercó un conejo
impresionado por el color verde de esa
hierba y se metió dentro de la bolsa. El gato tiró de la cuerda que le rodeaba
y el conejo quedó atrapado en la bolsa. “Que suerte he tenido hoy”, se dijo el
mismo. Sin embargo, se le ocurrió una magnífica idea, cerca de allí estaba el
palacio. Se hecho la bolsa acuestas y se dirigió para el palacio para
entregársela al rey. “tome mi querido rey, soy un humilde gato que quiere
agradecerle lo que nuestro rey hace por nosotros”, le dijo. El rey un poco
asombrado pero agradecido acepto la ofrenda.
El gato regresó al lugar donde estaba su amo, él aún dormía.
Pronto es despertó y no supo nada. Pasaron los días y el gato seguía mandándole
regalos a escondidas al rey. El rey cada día se sentía más alagado por el gato
con botas, como él le llamaba. Un día el rey decidió visitar las tierras de
alrededor del palacio y el gato con botas se enteró de eso y pronto se le
ocurrió una idea. Le engaño a su amo que él conocía un camino que los llevaría
a un lugar más seguro, donde ellos podrían vivir. “¡amo! ¡Amo! Sé cómo podemos mejorar
nuestras vidas. Tú solo sígueme”, le dijo. El amo no entendía muy bien lo que
el gato le decía, pero decidió seguirlo.
A lo lejos se veía la carroza del rey, cuando ésta ya estaba
cerca, el gato se tiró al rio que estaba a su costado. El amo solo lo miraba.
El gato comenzó a pedir auxilio. El rey lo escucho y lo reconoció, hizo que
detengan la carroza. “¡auxilio! ¡Socorro! Ayúdenme ese hombre de allí me ha
arrojado al rio, me quiere matar por favor ayúdeme”, dijo el animal. El amo
estaba desconcertado por la situación. El rey ordeno que lo capturaran y lo
metieran preso por abusar de un indefenso animal. El hombre explicó al rey como
era la situación y que él no era culpable. El gato estaba cobrando venganza,
pues su amo varias veces lo había tratado mal. Cuando disponían llevarse al
amo, el gato dijo: mi rey deje a este hombre, no lo meta preso, el ya estará
arrepentido, yo no soportaría verlo sufrir. El rey dijo ¿estás seguro? Con la
cabeza asintió el animal. “bien, pero le daremos un castigo, trabajará en las
tierras del ogro por el resto de su vida”, dijo el rey. El gato se despidió de
su amo diciéndole “pagaras todo lo que me hiciste sufrir y el haberme culpado
de tu desgracia”. “discúlpame querido amigo, estoy arrepentido, por favor solo
haz que regrese con mis hermanos.”, le dijo el hombre. “lo siento- respondió el
gato- esta es mi venganza”.
Para que el hombre trabajara en las tierras del ogro,
primero tenían que presentárselo. Bienvenido le dijo éste, parece que tienes
que pagar una condena. “yo lo traté mal- dijo el hombre- pero yo no intente
matarlo”. “um fuiste engañado y puedo saber ¿quién es el estafador? El hombre
le contó todo lo sucedido al ogro, éste recordó que ya se había encontrado con el
gato en otra oportunidad donde se burló de él. Decidieron armar un plan.
Invitaron al rey y al gato a su cueva. De pronto escondieron
a rey detrás de la puerta para que escuchara todo. El ogro se convirtió en un
feroz león y amenazo al animal en comérselo sino decía la verdad. El gato
reconoció que estaba mintiendo. El rey escucho todo. El hombre y el gato se
disculparon y decidieron empezar una nueva vida. El hombre conoció a la hija
del rey y se enamoró de ella, se casaron y vieron felices por siempre.
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